Saturday, November 10, 2007

Ojalá


Nada amo tanto como lo imprevisto.
Una gitana en Budapest me leyó el porvenir en las líneas de la mano.
Yo me eché vitriolo y las borré.

2 comments:

Pablo Seguel said...

será quizás que lo imprevisto tiene sesgo de caótico y todo nuestro actuar es caótico e imprevisto.
no hay eternos retornos, no hay predestinación, no hay inacción, aunque seamos motores errados de creación y inoculaciones mal gestadas


a razón de expectativas.


saludos y a!

nicole said...

me encanta borrar cosas, aunqe nunca es definitivo